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EGM.
marzo 2017 /
Publicación semestral. ISSN:1988-3927. Número 20, marzo 2017.

Cuarto interior de Pilar Mañas. 2016. Ediciones Espuela de Plata, Renacimiento, Sevilla, España.

Eduardo Waisman

Eduardo Waisman

 

En cambio, si son lectores, podrán ver a esa mujer en su ventana, 

pero estarán allí, con ella, dentro de su habitación, dentro de su cabeza. 

Por Amos Oz para LA NACIÓN, Argentina, martes 13 de noviembre de 2007 

(traducción de Zoraida J. Valcárcel).

 

Con este libro de Pilar Mañas indudablemente entramos con la mujer de la ventana. La autora nos va llevando de relato en relato, de recuerdo en recuerdo, en sus reflexiones, opiniones y sentimientos, a su mundo.

El mundo de la escritora, que nos habla en primera persona, es mostrado con armonía y elegancia. Prima una discreción que se hace notable, teniendo en cuenta que nos está transmitiendo pensamientos y sentires íntimos. Y eso es posible por una búsqueda «insurrecta» de dignidad, justicia y sentido. Exhibe por momentos un erotismo irredento y de buen gusto.

Este libro, escrito en una prosa sencilla, precisa y profunda, es como una composición musical, con ritmos de rebeldía que se tornan en una aceptación lúcida del tiempo que le toca vivir a la narradora en su condición de mujer que afirma su papel, sin resignar su auténtica femineidad. 

En este sentido Cuarto interior es un libro «feminista» en su acepción no vulgar, donde no se encuentran posiciones estridentes, sino una afirmación convencida y convincente de modernidad y rol de la mujer en el siglo XXI.

Destaca por otra parte otro tipo de armonía que fascina: la contemplación de la vida diaria y sus cosas «minúsculas» desde una visión intelectual poblada de literatura y arte. Este tipo de armonía proviene de la internalización de la cultura sin esnobismos, de una España que anhela ser fiel a su mejor historia sin perder la austeridad cervantina. Viene esta armonía de la convicción de que se puede ser de un hogar humilde y amar el arte, de que se puede ser culto sin despreciar a nadie, que se puede llorar, gritar, sentir y gozar sin dejar de saber que el lenguaje es nuestra única patria.

Es un libro de alguien en la madurez que entiende lo efímero de la vida, y que acepta momentos de melancolía y memoria sin conceder, con hondas ganas de estar despierta y vivir. Respira entonces libertad interior sin rechazar lo aleatorio como hecho fundamental de la existencia. Libertad y moral secular, que no se rinde ante la realidad negadora de cualquier utopía de otrora. 

Demuestra este libro la posibilidad de expresar opiniones feministas no declamatorias, basada en una seguridad auto-afirmativa de saber quien se es.

Cuarto interior parece a veces escrito para las mujeres lectoras, sin embargo lo recomiendo a los lectores hombres: en este tiempo de confusión para aquellos que no entendamos que se trata de la liberación de la mitad de la humanidad, y entonces también de la otra mitad si sabemos participar, leer con atención y esmero esta obra no tiene desperdicios.

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