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EGM.
marzo 2012 /
Publicación semestral. ISSN: 1988-3927. Número 10, marzo 2012.

John William Waterhouse. La sirena (1900). Colección privada.

Carolina Gilabert

 

John William Waterhouse fue conocido en el ambiente artístico inglés primero por desarrollar un estilo dentro del neoclasicismo victoriano, para después convertirse en el defensor del movimiento prerrafaelita por excelencia. Más tarde, curiosamente, estuvo atraído por el planairismo de los impresionistas franceses. Asimismo, si al principio de su carrera se dedicó a temas de la antigüedad clásica, más adelante abordó los temas literarios, siempre con un estilo suave y misterioso, imbuido de romanticismo, características artísticas que permiten encuadrarlo dentro del simbolismo.

La temática desarrollada por este pintor prerrafaelita inglés se basaba en su interés por el mundo de los cuentos, el misterioso mundo legendario. Los mitos del Círculo Artúrico y los clásicos, sobre todo la historia de Ulises, completaban sus obras. En este caso, la naturalidad con la que presenta el cuerpo de la sirena nos hace comprender que no era una simple mujer, no era un desnudo más, sino una figura muy particular, enigmática, desprendiendo mucha fuerza.

Tal belleza femenina nos cautiva por su misterio y por el significado que esconde su existencia. El detallismo exacerbado con que representa a la joven nos muestra el ideal de mujer que imperaba en sus obras: pelirrojas, estilizadas, con mirada profunda, cargadas de enigma y sensualidad.

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